El 25 de mayo es recordado como una fecha patria en Argentina, con carácter de feriado nacional inamovible.
Se llama Revolución de Mayo a la serie de acontecimientos revolucionarios ocurridos en mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España.
Esta tuvo como consecuencia la renuncia (forzada) del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y su reemplazo por la Primera Junta de Gobierno que, aunque gobernaba nominalmente en nombre del rey de España -Fernando VII-, no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España.
Así, la Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino, sin una proclamación de independencia formal.